Estudio bíblico: “Harmagedón": Reconciliación entre Israel y Edom; reconciliación entre Israel y Jesucristo.
"Isaac rogó al SEÑOR a favor de su esposa, porque ella no podía tener hijos. El SEÑOR contestó la oración de Isaac, y Rebeca quedó embarazada de mellizos. Pero los dos niños luchaban entre sí dentro de su vientre. Así que ella consultó al SEÑOR: —¿Por qué me pasa esto? —preguntó. Y el SEÑOR le dijo: —Los hijos que llevas en tu vientre llegarán a ser dos naciones, y desde el principio las dos naciones serán rivales. Una nación será más fuerte que la otra; y tu hijo mayor servirá a tu hijo menor.
Cuando le llegó el momento de dar a luz, ¡Rebeca comprobó que de verdad tenía mellizos! El primero en nacer era muy rojizo y estaba cubierto de mucho vello, como con un abrigo de piel; por eso lo llamaron Esaú.* Después nació el otro mellizo, agarrando con la mano el talón de Esaú; por eso lo llamaron Jacob.* Isaac tenía sesenta años cuando nacieron los mellizos.
Los muchachos fueron creciendo, y Esaú se convirtió en un hábil cazador. Él era un hombre de campo, pero Jacob tenía un temperamento tranquilo y prefería quedarse en casa. Isaac amaba a Esaú porque le gustaba comer los animales que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob. Cierto día, mientras Jacob preparaba un guiso, Esaú regresó del desierto, agotado y hambriento. Esaú le dijo a Jacob: —¡Me muero de hambre! ¡Dame un poco de ese guiso rojo! (Así es como Esaú obtuvo su otro nombre, Edom, que significa «rojo»). —Muy bien —respondió Jacob—, pero dame a cambio tus derechos del hijo mayor. —Mira, ¡me estoy muriendo de hambre! —dijo Esaú—. ¿De qué me sirven ahora los derechos del hijo mayor? Pero Jacob dijo: —Primero tienes que jurar que los derechos del hijo mayor me pertenecen a mí. Así que Esaú hizo un juramento, mediante el cual vendía todos sus derechos del hijo mayor a su hermano Jacob.Entonces
Jacob le dio a Esaú guiso de lentejas y algo de pan. Esaú comió, y luego se
levantó y se fue. Así mostró desprecio por sus derechos del hijo mayor."
Como podemos apreciar, Jacob y Esaú eran "mellizos", palabra así traducida según hemos leído en la versión Nueva Traducción Viviente, igual que en la Biblia Dios Habla Hoy; mientras que en la versión Reina Valera 1960, al igual que en la Biblia Kadosh Israelita Mesiánica ésta palabra se traduce como "gemelos".
* A Esaú se le conoce como Edom que significa "Rojo", debido al guiso rojo que comió a cambio de sus derechos de primogenitura, según lo sacamos de la lectura, y también como "Seír", ya que la palabra hebrea que hace alusión a lo "pelirrojo del vello en la piel de Esaú" tiene un sonido parecido a "Seír". De ahí que el territorio de los hijos de Esaú se le conoció como: "Edom" o "Seír".
* A Jacob, debido a que sujetó el talón de su hermano mellizo cuando nacieron, es decir, quería hacer trampa para que no naciera primero su hermano Esaú, le pusieron ese nombre "Jacob", ya que "Ya'acob", es una palabra hebrea que tiene un sonido parecido a "talón" o "hacer trampa" y "suplantar", pues a parte que engañó a su hermano dándole un guiso de poco valor a cambio de los derechos invaluables de hijo mayor, más adelante en Génesis capítulo 27 suplanta a su hermano Esaú para quitarle la bendición que le quería dar su padre Isaac.
"—¡Con razón le pusieron por nombre Jacob! —dijo Esaú—. ¡Ya van dos veces que me hace trampa! Primero me quitó mis derechos de hijo mayor, y ahora me ha quitado la bendición que me tocaba. ¿No has guardado ninguna otra bendición para mí?" Génesis 27.36 Dios habla Hoy.
El nombre de Jacob en hebreo se pronuncia "Ya'acob", forma abreviada de "Ya'acob-el", que significa: "Que Dios proteja"; Jacob en países como Brasil y España es el equivalente a "Tiago" o "Thiago", de ahí surge que "San Jacob" es "San Tiago" o como se conoce en Hispanoamérica: "Santiago"; yen inglés se traduce "James".
Por eso la epístola o carta del apóstol "Santiago" en las Biblias traducidas al idioma inglés en el Nuevo Testamento se conoce como la carta de "The Epistle of James".
Nos damos cuenta que Jacob y Esaú desde antes de nacer preanunciaban una lucha larguísima entre ellos, como individuos y después como naciones.
Siguiendo con el estudio, Esaú tomo la decisión de matar a su hermano Jacob por haberle robado la bendición de hijo mayor, por lo que Jacob tuvo que huir donde su tío Labán, mientras le pasaba el enojo a su hermano, según le había sugerido su madre Rebeca.
Jacob huye de su hermano gemelo Esaú.
"Desde ese momento, Esaú odió a Jacob,
porque su padre le había dado la bendición a él. Entonces Esaú comenzó a
tramar: «Pronto haré duelo por la muerte de mi padre y después mataré a mi
hermano Jacob». Entonces Rebeca se enteró de los planes de Esaú y llamó a Jacob
y le dijo: —Escucha, Esaú se consuela haciendo planes para matarte. Así que,
hijo mío, presta mucha atención. Prepárate y huye a casa de mi hermano Labán,
en Harán. Quédate allí con él hasta que tu hermano se calme."
Por lo que Jacob huyó a Harán o Padán-aram, a la tierra de los arameos en donde vivió con su tío Labán durante veinte años, el cual se convirtió en su suegro, pues se casó con sus dos hijas: Lea (Lía) la mayor y Raquel la menor, y tuvo dos concubinas: Zilpá (Zilpa) y Bilhá (Bilha), con esas cuatro mujeres Jacob procreó doce hijos y una hija, y estando en esa tierra Dios lo bendijo haciéndolo muy rico, dándole mucho ganado, esclavos y riquezas.
"Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces." Génesis 30.41 Reina Valera 1960
Es de notar que Jacob tuvo también una lucha complicada con su tío y suegro Labán durante su estadía en la tierra aramea; entonces Dios le ordenó a Jacob regresar a la casa de su padre con todo lo que tenía.
Jacob se prepara para el encuentro con Esaú.
“Cuando
Jacob emprendió nuevamente su viaje, llegaron ángeles de Dios a encontrarse con
él. Al verlos, Jacob exclamó: «¡Este es el campamento de Dios!». Por eso
llamaron a aquel lugar Mahanaim.*
Entonces Jacob envió mensajeros por delante a su hermano Esaú, quien vivía en la región de Seir, en la tierra de Edom. Y les dijo: «Den este mensaje a mi señor Esaú: “Humildes saludos de tu siervo Jacob. Hasta el momento, estuve viviendo con el tío Labán, y ahora soy dueño de ganado, burros, rebaños de ovejas y de cabras, y muchos siervos, tanto varones como mujeres. He enviado a estos mensajeros por delante para informar a mi señor de mi llegada, con la esperanza de que me recibas con bondad”». Después de transmitir el mensaje, los mensajeros regresaron y le informaron a Jacob: «Nos encontramos con su hermano Esaú y ya viene en camino a su encuentro, ¡con un ejército de cuatrocientos hombres!». Jacob quedó aterrado con la noticia. Entonces separó a los miembros de su casa en dos grupos, y también a los rebaños, a las manadas y a los camellos, pues pensó: «Si Esaú encuentra a uno de los grupos y lo ataca, quizá el otro grupo pueda escapar»." Génesis 32.1-8 Nueva Traducción Viviente.
* "Mahanaim" en hebreo significa: "Dos campamentos" o "dos ejércitos", es decir, que Jacob puso ese nombre porque entendía que estaba su campamento humano formado por sus esposas, concubinas, hijos, esclavos, animales y todo lo que llevaba y el campamento divino, cuando vio a los ángeles de Dios que salieron a su encuentro.
Observamos que Jacob, a pesar de haber transcurrido veinte años sin ver ni saber nada de su gemelo, seguía pensando que su hermano Esaú todavía lo odiaba por haberlo engañado dos veces y por haberle quitado su bendición de primogénito, pues de la lectura se comprende que Jacob sospechaba que su mellizo lo iba a atacar hasta matarlo a él, su familia, esclavos y sus animales.
"y asegúrense de decirle: “Mire, su servidor Jacob viene detrás de nosotros”». Jacob pensó: «Intentaré apaciguarlo enviando regalos antes de mi llegada, y cuando me encuentre con él en persona, quizá me reciba con bondad». Así que los regalos fueron enviados por delante, y Jacob pasó la noche en el campamento.” Génesis 32.20-21 Nueva Traducción Viviente.
Ahora veamos otra de las tantas luchas de Jacob, siendo la lucha más importante de su vida.
"Durante la noche, Jacob se levantó y tomó a sus dos esposas, a sus dos mujeres esclavas y a sus once hijos, y cruzó el río Jaboc con ellos. Después de llevarlos a la otra orilla, hizo pasar todas sus pertenencias. Entonces Jacob se quedó solo en el campamento, y llegó un hombre y luchó con él hasta el amanecer. Cuando el hombre vio que no ganaría el combate, tocó la cadera de Jacob y la dislocó. Luego el hombre le dijo: —¡Déjame ir, pues ya amanece! —No te dejaré ir a menos que me bendigas —le dijo Jacob. —¿Cómo te llamas? —preguntó el hombre. —Jacob —contestó él. —Tu nombre ya no será Jacob —le dijo el hombre—. De ahora en adelante, serás llamado Israel,* porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. —Por favor, dime cuál es tu nombre —le dijo Jacob. —¿Por qué quieres saber mi nombre? —respondió el hombre. Entonces bendijo a Jacob allí. Jacob llamó a aquel lugar Peniel (que significa «rostro de Dios»), porque dijo: «He visto a Dios cara a cara, y sin embargo conservo la vida». El sol salía cuando Jacob dejó Peniel y se fue cojeando debido a su cadera dislocada. (Hasta el día de hoy, el pueblo de Israel no come del tendón que está cerca de la articulación de la cadera, debido a lo que ocurrió aquella noche cuando el hombre torció el tendón de la cadera de Jacob)." Génesis 32.22-32 Nueva Traducción Viviente.
Entendemos que Jacob luchó con los hombres, y entre ellos estaban Esaú y Labán.Reconcilio de Jacob y Esaú.
“Entonces Jacob levantó la vista y vio a Esaú, quien se acercaba con sus cuatrocientos hombres. Por eso, repartió a los niños entre Lea, Raquel y sus dos esposas esclavas. Colocó en el frente a sus dos esposas esclavas con sus respectivos hijos, después a Lea con sus hijos, y por último a Raquel y a José. Entonces Jacob se adelantó a todos ellos. Cuando se aproximó a su hermano, se inclinó hasta el suelo siete veces delante de él.
Entonces Esaú corrió a su encuentro y lo abrazó, puso los brazos alrededor de su cuello y lo besó. Y ambos lloraron.
Después Esaú miró a las mujeres y a los niños, y preguntó:
—¿Quiénes son esas personas que vienen contigo?
—Son los hijos que Dios, en su misericordia, me ha dado a mí, tu siervo —contestó Jacob. Después las esposas esclavas se presentaron con sus hijos y se inclinaron ante él. Luego se presentó Lea con sus hijos, quienes también se inclinaron ante él. Finalmente se presentaron José y Raquel, y ambos se inclinaron ante él. —¿Y qué eran todos esos rebaños y esas manadas que encontré en el camino? —preguntó Esaú.
—Son un regalo, mi señor, para asegurar tu amistad —contestó Jacob. —Hermano mío, yo tengo más que suficiente —dijo Esaú—. Guarda para ti lo que tienes. —No —insistió Jacob—, si he logrado tu favor, te ruego que aceptes este regalo de mi parte. ¡Y qué alivio es ver tu amigable sonrisa! ¡Es como ver el rostro de Dios! Por favor, acepta este regalo que te traje, porque Dios ha sido muy generoso conmigo. Yo tengo más que suficiente.
Debido a la insistencia de Jacob, Esaú finalmente aceptó el regalo. —Bien —dijo Esaú—, vamos. Yo iré delante de ti. Pero Jacob respondió:
—Tú mismo puedes ver, mi señor, que algunos de los niños son muy pequeños, y los rebaños y las manadas también tienen sus crías. Si se les hace caminar mucho, aunque fuera un solo día, todos los animales podrían morir. Por favor, mi señor, ve tú primero. Nosotros iremos detrás más lento, a un ritmo que sea cómodo para los animales y para los niños. Nos encontraremos en Seir. —De acuerdo —dijo Esaú—, pero déjame al menos asignarte a algunos de mis hombres para que los guíen y los protejan.
—No es necesario —respondió Jacob—. ¡Basta que me hayas recibido amigablemente, mi señor! Entonces Esaú se dio la vuelta y emprendió el camino de regreso a Seir ese mismo día. Jacob, en cambio, viajó hasta Sucot. Allí se construyó una casa e hizo cobertizos para su ganado. Por eso aquel lugar se llamó Sucot* (que significa «cobertizos»). Después de viajar todo el trayecto desde Padán-aram, Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, en la tierra de Canaán. Una vez allí, estableció su campamento fuera de la ciudad. La parcela donde acampó la compró a la familia de Hamor, el padre de Siquem, por cien monedas de plata. Y allí edificó un altar y le puso por nombre El-Elohe-Israel.” Génesis 33.1-20 Nueva Traducción Viviente.
* Sucot es una palabra hebrea que significa: cobertizos, enramadas, chozas, tabernáculos o cabañas hechas con ramas.
Comparación de Jesucristo con Esaú.
Tal como hemos leído, "Esaú", llamado "Edom" o "Seir", significa "ROJO", de hecho en hebreo "Edom" suena como la palabra "Adom", que indica literalmente el color rojo; y si leemos en el libro del profeta Isaías, Apocalipsis, Génesis y Zacarías en los siguientes pasajes, entenderemos la figura de Edom como un tipo de Cristo, referente a Cristo vestido con ropa teñida de rojo:
"—¿Quién es ése que viene de Bosrá, capital de Edom, con su ropa teñida de rojo, que viene vestido espléndidamente y camina con fuerza terrible? —Soy yo, que anuncio la victoria y soy poderoso para salvar. —¿Y por qué tienes rojo el vestido, como si hubieras pisado uvas con los pies? —Sí, estuve pisando las uvas yo solo, nadie me ayudó; lleno de ira pisoteé a mis enemigos, los aplasté con furor, y su sangre me salpicó los vestidos y me manchó toda la ropa. Yo decidí que un día tendría que hacer justicia; había llegado el tiempo de libertar a mi pueblo. Miré, y no había quien me ayudara; quedé admirado de que nadie me apoyara. Mi brazo me dio la victoria y mi ira me sostuvo. Lleno de ira aplasté a las naciones, las destruí con furor e hice correr su sangre por el suelo." Isaías 63.1-6 Dios Habla Hoy
“Vi el cielo abierto; y apareció un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, porque con rectitud gobernaba y hacía la guerra. Sus ojos brillaban como llamas de fuego, llevaba en la cabeza muchas coronas y tenía un nombre escrito que solamente él conocía. Iba vestido con ropa teñida de sangre, y su nombre era: La Palabra de Dios. Lo seguían los ejércitos del cielo, vestidos de lino fino, blanco y limpio, y montados en caballos blancos. Le salía de la boca una espada afilada, para herir con ella a las naciones. Las gobernará con cetro de hierro. Y él mismo pisará las uvas para sacar el vino de la ira terrible del Dios todopoderoso. En su manto y sobre el muslo llevaba escrito este título: «Rey de reyes y Señor de señores.» Y vi un ángel que, puesto de pie en el sol, gritaba con fuerza a todas las aves de rapiña que vuelan en medio del cielo: «¡Vengan y reúnanse para la gran cena de Dios, para que coman carne de reyes, de jefes militares y de hombres valientes, carne de caballos y de sus jinetes, carne de todos: de libres y de esclavos, de pequeños y de grandes!» Vi al monstruo y a los reyes del mundo con sus ejércitos, que se habían reunido para pelear contra el que montaba aquel caballo y contra su ejército. El monstruo fue apresado, junto con el falso profeta que había hecho señales milagrosas en su presencia. Por medio de esas señales, el falso profeta había engañado a los que se dejaron poner la marca del monstruo y adoraron su imagen. Entonces el monstruo y el falso profeta fueron arrojados vivos al lago de fuego donde arde el azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves de rapiña se hartaron de la carne de ellos.” Apocalipsis 19.11-21 Dios habla Hoy
“Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada. Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo:
“Judá,
te alabarán tus hermanos;
Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los
hijos de tu padre se inclinarán a ti. Cachorro de león, Judá; De
la presa subiste, hijo mío.
Se encorvó, se echó como león, Así
como león viejo: ¿quién lo despertará? No será quitado el cetro de Judá, Ni
el legislador de entre sus pies,
Hasta que venga Siloh; Y
a él se congregarán los pueblos.
Atando a la vid su pollino, Y
a la cepa el hijo de su asna,
Lavó en el vino su vestido, Y
en la sangre de uvas su manto.
Sus ojos, rojos del vino, Y
sus dientes blancos de la leche.” Génesis 49.8-12 Reina Valera 1960
“Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho: He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella. En aquel día, dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera. Y los capitanes de Judá dirán en su corazón: Tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios. En aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén. Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá. En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos. Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén. Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido." Zacarías 12.1-11 Reina Valera 1960
“Y reunieron a los reyes en el lugar que en hebreo se llama Harmagedón." Apocalipsis 16.16 Dios Habla Hoy
“Ya viene el día del Señor, cuando tus despojos, Jerusalén, habrán de ser repartidos en medio de ti. Ese día reunirá el Señor a todas las naciones, para que peleen contra Jerusalén. Y conquistarán la ciudad, saquearán sus casas, violarán a sus mujeres y se llevarán cautiva a la mitad de sus habitantes. Sólo el resto permanecerá en ella. Pero luego saldrá el Señor a luchar contra esas naciones, como cuando lucha en el día de la batalla. Ese día el Señor apoyará sus pies sobre el Monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, hacia el lado oriental. Y un gran valle, que correrá de oriente a occidente, dividirá en dos el Monte de los Olivos. Medio monte se moverá hacia el norte y el otro medio hacia el sur, y ustedes huirán por ese valle que quedará entre los montes, el cual llegará hasta Asal, del otro lado. Huirán ustedes como antes huyeron sus antepasados a causa del terremoto que se produjo cuando el rey Ozías gobernaba en Judá. Y vendrá el Señor mi Dios acompañado de todos sus fieles. Ese día no hará frío ni habrá heladas. Será un día único, conocido solamente por Dios. En él no se distinguirá el día de la noche, pues aun por la noche seguirá habiendo luz. Entonces saldrán de Jerusalén aguas frescas, que correrán en invierno y en verano, la mitad de ellas hacia el Mar Muerto y la otra mitad hacia el Mediterráneo. Ese día reinará el Señor en toda la tierra. El Señor será el único, y único será también su nombre." Zacarías 14.1-9 Dios Habla Hoy
Para comprender éste estudio, debemos saber que hay siete fiestas importantes en el Antiguo Testamento:
1- Fiesta de Pascua.
2- Fiesta de Los Panes Sin Levadura.
3- Fiesta de Las Primicias.
4- Fiesta de Las Semanas o Fiesta de Los 50 Días (Cincuentena), es decir, Fiesta de "Pentecostés".
5- Fiesta de Las Trompetas.
6- Fiesta del Día del Perdón o Fiesta del Día de Expiación, es decir, Fiesta de "Yom Kipur".
7- Fiesta de las Enramadas (de Los Tabernáculos o de Las Cabañas), es decir, Fiesta de "Sucot".
Cada fiesta representa sucesos en la humanidad; como por ejemplo la "Fiesta de Pascua", donde se sacrificaba un cordero en Israel, pues representó el sacrificio de Jesús de Nazareth, El Hijo de Dios, en la cruz del calvario. En éste mensaje hablaremos sobre lo que representan dos de esas fiestas del Antiguo Testamento: "La Fiesta del Día del Perdón" y "La Fiesta de Las Enramadas" o "Fiesta de Sucot".
Con respecto a la fiesta del "Día del Perdón o Día de Expiación", que representa el reconcilio de Jacob y Esaú cuando Jacob regresaba a la tierra donde nació; pues Jacob se postró inclinándose hasta el suelo siete veces ante Esaú en señal de ruego suplicándole perdón, pues Jacob pensaba que Esaú lo iba a matar junto con su familia y animales con los cuatrocientos hombres armados que lo acompañaban.
Lo cual representa que cuando Jesucristo se manifieste a la actual nación de Israel; pues los israelíes pensarán que Jesús junto con su ejército celestial destruirá a la nación de Israel por haberle negado durante todo éste tiempo, no creyendo que Jesús es el Mesías de Dios; pero la verdad es que nuestro Señor Jesucristo perdonará a la nación de Israel, y entonces los israelíes llorarán como cuando Jacob y Esaú lloraron en su encuentro y reconcilio; y se "postrarán siete veces" que significa "total sumisión" ante nuestro Salvador Jesús, aceptándolo como el Rey que siempre han esperado, el cual había venido a la nación de Israel antes, pero ellos no lo recibieron.
"A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron". San Juan 1.11 Reina Valera 1960
Siguiendo con la comparación bíblica de Esaú con nuestro Señor Jesús, leímos que cuando Jacob se reconcilia con su hermano gemelo, le dice:
"—No —insistió Jacob—, si he logrado tu favor, te ruego que aceptes este regalo de mi parte. ¡Y qué alivio es ver tu amigable sonrisa! ¡Es como ver el rostro de Dios!" Génesis 33.10 Nueva Traducción Viviente
Si notamos, Jacob le dijo a su hermano que verlo sonriente fue como ver el rostro de Dios, así mismo la nación de Israel vera el rostro alegre del Hijo de Dios: Jesús de Nazareth.
Y antes del reconcilio, Jacob había luchado con el "Ángel de Jehová" y después de la lucha, Jacob dijo:
"Jacob llamó a aquel lugar Peniel (que significa «rostro de Dios»), porque dijo: «He visto a Dios cara a cara, y sin embargo conservo la vida.»" Génesis 32.30 Nueva Traducción viviente
Vemos la similitud del rostro de Esaú con el "rostro de Dios" que simboliza el "rostro de Jesús":
—¡Déjame ver tu gloria! —suplicó
Moisés.
Pero el Señor contestó:
"—Voy a hacer pasar toda mi bondad
delante de ti, y delante de ti pronunciaré mi nombre. Tendré misericordia de
quien yo quiera, y tendré compasión también de quien yo quiera. Pero te aclaro que no podrás ver mi rostro, porque ningún hombre
podrá verme y seguir viviendo." Éxodo 33.18-20 Dios Habla Hoy
"Felipe le dijo:
—Señor, muéstranos al Padre y quedaremos conformes.
Jesús respondió:
—Felipe, ¿he estado con ustedes todo este tiempo, y todavía no sabes quién soy? ¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! Entonces, ¿cómo me pides que les muestre al Padre? ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí.” San Juan 14.8-10 Nueva Traducción Viviente
Lo mismo dirán los de la nación de Israel, cuando vean al Jesús glorioso que los perdonará, que han visto el rostro de Dios y aún siguen con vida, y reconocerán que lucharon contra Dios cuando durante todo éste tiempo negaron a su Hijo Amadísimo, siendo que es el Unigénito Hijo del Altísimo, el Salvador del Mundo.
Y así como Jacob y Esaú lloraron al reconciliarse, también la nación de Israel llorará al reconciliarse con el Unigénito Hijo de Dios.
"Entonces Esaú corrió a su encuentro y lo abrazó, puso los brazos alrededor de su cuello y lo besó. Y ambos lloraron." Génesis 33.4 Nueva Traducción Viviente
"Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido." Zacarías 12.10-11 Reina Valera 1960
Para éste estudio comparativo leeremos también textos del "Libro de los Jubileos", el cual es un libro considerado canónico por la Iglesia Ortodoxa de Etiopía, por lo que forma parte de la Biblia copta. Para las iglesias católicas y evangélicas éste libro es considerado como "apócrifo", es decir, "oculto" o "separado lejos", es decir, que fue ocultado por no considerarlo inspirado por Dios, así mismo le llaman "pseudoepígrafo" porque piensan que fueron varios los autores que lo escribieron. Le toman solamente como un escrito histórico mas niegan que forme parte del Canon Bíblico. Se sabe que 14 fragmentos del Libro de los Jubileos se encontraron en las cuevas de Qumrán, de donde provienen los escritos más antiguos y fidedignos que en nuestros tiempos se han traducido y han formado la Santa Biblia que actualmente conocemos.
"En el año primero del primer septenario del
jubileo cuadragésimo quinto llamó Rebeca a su hijo Jacob y le encomendó acerca
de su padre y hermano que los honrase mientras viviese. Dijo Jacob:
-Haré todo como me has mandado, pues
honroso y grande es para mí este mandato y justo ante el Señor que los honre. Tú
conoces, madre, desde el día en que nací hasta hoy, todos mis actos y cuanto
hay en mi corazón y que siempre procuro lo bueno a todos. ¿Cómo no he de
cumplir este mandato que me ordenas de honrar a mi padre y hermano? Dime,
madre: ¿qué extravío has visto en mí, que me aparte de él y se me tenga
misericordia?
Respondióle:
-Hijo mío, en todos mis días no he visto en ti ninguna acción torcida, sino
recta. Pero te diré la verdad, hijo mío: yo moriré este año, no pasaré de este
año de mi vida, pues he visto en sueños el día de mi muerte y que no viviré más
de ciento cincuenta y cinco años: he cumplido ya todos los días de mi vida.
Jacob se rio de las palabras de su madre,
pues le decía que iba a morir mientras estaba ante él con energía, sin haber
perdido su fuerza, siendo que entraba y salía, veía bien, tenía dientes sanos,
y no la había afligido ninguna enfermedad en todos los días de su vida.
Le replicó Jacob:
-Bienaventurado sería yo si se aproximara
el número de mis días a los tuyos y si tuviera energía tal como la tuya: no vas
a morir, pues vano delirio es lo que me dices acerca de tu muerte.
Ella entró a ver a Isaac y le dijo:
-Una cosa te ruego: haz jurar a Esaú que no
injurie a Jacob, ni lo persiga con saña. Tú sabes que los pensamientos de Esaú
son malos desde su niñez y no hay en él bondad, pues quiere matarlo tras tu
muerte. Conoces todo lo que ha hecho desde el día en que su hermano Jacob fue a
Harrán hasta este día, que con toda intención nos abandonó y obró mal con
nosotros, recogió tus ganados y saqueó toda tu propiedad ante tu rostro. Cuando
le suplicamos y pedimos lo que era nuestro, hacía como que nos compadecía. Te
amargaba porque bendijiste a Jacob, tu hijo perfecto y recto, pues no tiene
maldad, sino bondad. Desde que llegó de Harrán hasta hoy no deja que nos falte
nada, pues nos trae todo en su momento a diario y se alegra de todo corazón
cuando lo tomamos de su mano. Nos bendice y no se ha separado de nosotros desde
que llegó de Harrán hasta hoy, y vive con nosotros permanentemente en casa,
honrándonos.
Respondióle Isaac:
-Yo también conozco y veo las obras de Jacob
con nosotros: cómo nos honra de todo corazón. Antaño amé más a Esaú que a
Jacob, porque nació primero, pero ahora prefiero Jacob a Esaú. Este ha
multiplicado sus malas acciones y no hay en él justicia, pues toda su conducta
es iniquidad y violencia, no habiendo justicia a su alrededor. Mi corazón se
turba ahora por todas sus acciones, pues él y su linaje no van a salvarse.
Desaparecerá de la tierra y serán exterminados de bajo el cielo, porque han dejado
él y sus hijos al Dios de Abrahán y han seguido a sus mujeres, su impureza y
sus yerros. Tú me dices que le haga jurar que no matará a su hermano Jacob:
aunque jurara, no cumpliría su juramento, ni obrará bondad, sino mal. 16 Pero
si quisiera matar a su hermano Jacob, será entregado en manos de éste y no escapará,
pues en ellas caerá. No temas tú por Jacob, pues su custodio es mayor, más
fuerte, honorable y loable
que el de Esaú. Entonces Rebeca mandó llamar a Esaú. Este vino a ella, y Rebeca
le dijo:
-Hijo mío, tengo que hacerte un ruego: dime
que me lo concederás, hijo mío.
Respondió:
-Haré cuanto me digas y no rechazaré tu ruego.
Añadió Rebeca:
-Te pido que, el día en que muera, me
lleves a enterrar junto a Sara, madre de tu padre. Que os améis tú y Jacob
mutuamente, y no procure el uno mal al otro, sino sólo mutuo amor, para que
prosperéis, hijos míos, crezcáis sobre la tierra y no se regocije por vosotros
ningún enemigo; seréis así bendición y misericordia ante los ojos de todos los
que os aman.
Respondió Esaú:
-Haré cuanto me ordenas: te enterraré
cuando mueras cerca de Sara, madre de mi padre; del mismo modo que amaste sus
huesos, estarán cerca los tuyos. En cuanto a mi hermano Jacob, lo amo más que a
cualquier mortal, pues no tengo en toda la tierra otro hermano más que él. No
es para mí gran cosa amarlo, pues es mi hermano: juntos fuimos sembrados en tu
vientre y juntos salimos de tus entrañas; si no amo a mi hermano, ¿a quién he
de amar? Únicamente te ruego que amonestes a Jacob acerca de mí y mis hijos, pues
sé que ha de reinar sobre nosotros: el día en que lo bendijo mi padre, lo hizo
alto, y a mí, bajo. Yo te juro que lo amo y que no le procuraré mal en todos
los días de mi vida, sino sólo bien.
Y le juró todo esto. Ella llamó a Jacob
ante los ojos de Esaú y le mandó según lo que había hablado con éste. Dijo
Jacob:
-Yo haré tu gusto, y ten la certeza de que no saldrá de mí ni de mis hijos mal contra Esaú, ni emprenderé nada que no sea mutuo amor." Libro de los Jubileos 31.1-26 Traducción de la Versión Etiópica
“Aquel día dividió todas sus posesiones
entre los dos, concediendo la mejor parte al que había nacido primero, con la
torre, cuanto había a su alrededor y cuanto adquirió Abrahán en Bersabee. Dijo
Isaac:
-Esta parte mayor doy al que nació primero.
Respondió Esaú:
-Se la vendí a Jacob y le di mi
primogenitura: séale concedida. No tengo nada que decir sobre eso, pues es
suya. Añadió Isaac:
-Repose en vosotros la bendición, hijos
míos, y en vuestro linaje, en este día porque me habéis dado descanso, y no
atormenta mi corazón el temor de que por la primogenitura tú cometas maldad. El Señor Altísimo bendiga al que hace justicia, a él y a su linaje eternamente.
Y acabó de darles órdenes y bendecirles. Comieron y bebieron ante él juntos, y
se alegró, pues había concordia entre ellos. Salieron de su lado, descansaron
aquel día y durmieron allí. Isaac se durmió en su lecho aquel día, contento, y
durmió el sueño eterno. Murió a los ciento ochenta años, habiendo cumplido
veinticinco septenarios y cinco años, y lo sepultaron sus dos hijos, Esaú y
Jacob.
Luego Esaú fue a la tierra de Edom, al
monte Seír, y moró allí. Jacob, por su parte, moró en el monte Hebrón, en la
torre de la tierra a la que había emigrado su padre Abrahán, y adoró al Señor
con todo su corazón, según los preceptos revelados, de acuerdo con la división
de los días de su generación. Murió su mujer, Lía, el año cuarto del segundo
septenario del jubileo cuadragésimo quinto, y la sepultó en la cueva de
Macfela, junto a su madre, Rebeca, a la izquierda de la tumba de Sara, madre de
su padre. Vinieron los hijos de ambos a llorar con él a Lía, su mujer, y a
consolarlo, pues estaba en duelo por ella.” Libro de los Jubileos 36.12-22
Guerra de Esaú contra Jacob. Muerte de Esaú.
“El día en que murió Isaac, padre de Jacob y Esaú, oyeron los hijos de éste que Isaac había otorgado la primogenitura a su hijo menor, Jacob, y se enojaron mucho.
Discutieron con su padre y le dijeron:
-¿Para qué eres el mayor y Jacob el menor? Tu padre ha otorgado la primogenitura a Jacob y te ha abandonado a ti.
Les respondió Esaú:
Le respondieron:
-No te obedeceremos en lo de hacer la paz con él, pues nuestra fuerza es mayor que la suya. Somos más fuertes que él, iremos contra él, lo mataremos y haremos perecer a sus hijos. Y si no vienes con nosotros, te ultrajaremos. Óyenos, pues: enviemos recado a Aram, a los filisteos, a Moab y Amón; escojámonos hombres selectos, ardorosos en el combate, y vayamos contra él, a luchar con él y extirparlo de la tierra, antes de que adquiera fuerza.
Les replicó:
-No vayáis, no le hagáis guerra, no caigáis
ante él.
Respondieron:
-Esto es lo único que has hecho desde tu juventud hasta ahora: poner el cuello
bajo el yugo, pero nosotros no obedeceremos estas órdenes. Enviaron recado a
Aram, a Adoram, amigo de su padre, y se alistaron a sueldo con ellos mil
guerreros, hombres escogidos de combate. Les llegaron, de Moab y los hijos de
Amón, mil mercenarios escogidos; de los filisteos, mil combatientes selectos;
de Edom y de los carios, mil combatientes escogidos, y de los heteos, recios
hombres de combate. Le instaban a su padre:
-Sal con ellos y guíalos; si no, te
mataremos.
Entonces se llenó de ira e indignación, al
ver que sus hijos lo obligaban a ir delante, guiándolos contra su hermano
Jacob. Pero recordó entonces todo el mal que estaba oculto en su corazón contra
su hermano Jacob y no se acordó del juramento que había hecho a su padre y su
madre de no procurar nunca ningún mal a Jacob, su hermano. Este, entre
tanto, no sabía que iban contra él a combatirle, sino que hacía duelo por su
mujer, Lía, hasta que se acercaron a la torre con cuatro mil combatientes y
guerreros escogidos. Los hombres de Hebrón habían mandado decirle: «Tu hermano
ha venido contra ti a combatirte con cuatro mil hombres que ciñen espada y
llevan escudo y armas», pues preferían Jacob a Esaú; por eso se lo dijeron,
porque era hombre más generoso y clemente que Esaú. Pero Jacob no lo creyó
hasta que se acercaron junto a la torre.
Entonces cerró las puertas de la torre, se
subió a su parte alta y habló así con su hermano Esaú:
-¡Buen consuelo has venido a traerme por mi
mujer que ha muerto!
¿Es éste el juramento que hiciste a tu padre y a tu madre por dos veces antes
de que murieran? Has transgredido el juramento y, en el momento en que juraste
a tu padre, te condenaste.
Respondió entonces Esaú:
-Ni los hijos de los hombres ni las bestias
del campo tienen juramentos verdaderos, que sean eternos una vez hechos: a
diario se procuran mal unos a otros para matar cada uno a su enemigo y
adversario. Tú me odias a mí y a mis hijos perpetuamente, y no cabe hacer
hermandad contigo.
Oye
estas palabras que te digo: cuando el puerco cambie su piel y sus cerdas,
haciéndose suaves como la lana, cuando críe en su cabeza cuernos como los del
ciervo y los carneros, entonces practicaré contigo la hermandad, pues desde que
nos destetaron de nuestra madre no has sido mi hermano. Cuando los lobos hagan
paz con los corderos, no devorándolos ni dañándolos, cuando pongan su corazón
en hacerles bien, entonces habrá paz en mi corazón para ti. Cuando el león se
haga amigo del buey, sea uncido con él al mismo yugo, are con él y haga con él
la paz, entonces la haré yo contigo. Cuando los cuervos se hagan blancos como
la cigüeña, sabrás entonces que te amo y haré contigo la paz. Que te erradiquen de la tierra a ti y a tus hijos: no
tengas paz.
Cuando Jacob vio que lo quería mal de corazón y con toda su alma, que deseaba matarlo y que había venido palpitante como llega el jabalí a la lanza que lo punza y mata, pero sin apartarse de ella, ordenó a los suyos y a sus siervos que atacaran a Esaú y a todos sus compañeros." Libro de los Jubileos 37.1-24 Traducción de la Versión Etiópica
"Entonces habló Judá a su padre, Jacob:
-Tiende tu arco, padre, lanza tus flechas,
hiere al enemigo, mata al adversario, y sea tuya la fuerza. Nosotros no podemos
matar a tu hermano estando en tu casa y contigo, pues hemos de honrarlo.
Entonces Jacob tendió su arco, disparó una
flecha, hirió a su hermano Esaú en la tetilla derecha y lo mató. Volvió a
disparar una flecha y alcanzó a Adoram, el arameo, en la tetilla izquierda y lo
derribó muerto.
Entonces salieron los hijos de Jacob con
sus siervos, en grupos, por los cuatro lados de la torre. Judá salió por
delante, por la parte sur de la torre, con Neftalí, Gad y cincuenta siervos, y
mataron a cuantos hallaron ante ellos, sin que escapara uno solo. Leví, Dan y
Aser salieron por el lado oriental de la torre con cincuenta y mataron a los
guerreros de Moab y Amón. Rubén, Isacar y Zabulón salieron por la parte norte
de la torre con cincuenta y mataron a los guerreros filisteos, y Simeón,
Benjamín y Henoc, hijo de Rubén, salieron por el lado occidental de la torre
con cincuenta hombres. Mataron a cuatrocientos de los edomitas y carios, recios
combatientes, huyendo seiscientos, entre ellos los cuatro hijos de Esaú, que
abandonaron a su padre muerto, tal como había caído, en la colina que hay en Adoram.
Los hijos de Jacob los persiguieron hasta
el monte Seír. Jacob enterró a su hermano en la colina que hay en Adoram y
volvió a casa. Sus hijos rodearon a los hijos de Esaú en el monte Seír y
humillaron su cerviz hasta convertirlos en sus siervos. Mandaron recado a su
padre preguntando si hacían la paz con ellos o los mataban. Jacob respondió a
sus hijos que hicieran la paz, y la hicieron, colocando sobre ellos el yugo del
servicio: darían tributo a Jacob y sus hijos perpetuamente. Estuvieron pagando
tributo a Jacob hasta el día en que bajó a Egipto: hasta ese día los hijos de
Edom no se sustrajeron al yugo de servicio que les habían impuesto los doce
hijos de Jacob.” Libro de los Jubileos 38.1-14 Traducción de la Versión Etiópica
Otra comparación de Esaú, que es Edom o Seir y que significa "Rojo", es la de Cristo ensangrentado en la cruz del calvario; así mismo, tal como leímos en el Libro de los Jubileos, Esaú fue muerto por una flecha que le lanzó Jacob y le entró en el costado derecho, al igual que nuestro Maestro Divino, el cual fue traspasado por una lanza, en amor de su pueblo Jacob o Israel que le rechazó.
"Entonces Jacob tendió su arco, disparó una flecha, hirió a su hermano Esaú en la tetilla derecha y lo mató." Libro de los Jubileos 38.2 Traducción de la Versión Etiópica
"Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito." Zacarías 12.10 Reina Valera 1960
"Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud. Isaías 53.5 Dios Habla Hoy
"Pero al acercarse a Jesús, vieron que ya estaba muerto. Por eso no le quebraron las piernas. Sin embargo, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. El que cuenta esto es uno que lo vio, y dice la verdad; él sabe que dice la verdad, para que ustedes también crean. Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura que dice: «No le quebrarán ningún hueso.» Y en otra parte, la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron.»" San Juan 19.33-37 Dios Habla Hoy
"¡Miren! Él viene en las nubes del cielo. Y todos lo verán, incluso aquellos que lo traspasaron. Y todas las naciones del mundo se lamentarán por él. ¡Sí! ¡Amén!" Apocalipsis 1.7 Nueva Traducción Viviente
Otra comparación respecto a éste estudio, es por ejemplo, cuando Jacob después de su lucha le preguntó el nombre al "Ángel de Yahweh":
"—Por favor, dime cuál es tu nombre —le dijo Jacob. —¿Por qué quieres saber mi nombre? —respondió el hombre. Entonces bendijo a Jacob allí." Génesis 32.29 Nueva Traducción Viviente
"Sus ojos brillaban como
llamas de fuego, llevaba en la cabeza muchas coronas y tenía un nombre escrito
que solamente él conocía." Apocalipsis 19.12 Dios Habla Hoy
"Ese día reinará el Señor en toda la tierra. El Señor será el único, y único será también su nombre." Zacarías 14.9 Dios Habla Hoy
Según estudiamos el Libro apócrifo de los Jubileos, nos damos cuenta que Jacob mató a su hermano después del reconcilio, debido a la maldad que había en el corazón de Esaú, pero Esaú antes de morir pronunció unas palabras que hacen alusión al "Milenio", cuando Cristo reinará en el mundo durante mil años, es decir, la "Fiesta de Las Enramadas", otros le llaman: "Fiesta de Los Tabernáculos" o "Fiesta de Las Cabañas", es decir, la "Fiesta de Sucot", porque cuando Jacob después que se reconcilió con su hermano Esaú me refiero a las palabras que antes leímos:
"Ese mismo día, Esaú regresó a Seír. Jacob, en cambio, se fue a Sucot, y allí hizo
una casa para él y unas enramadas para sus animales. Por eso, a aquel lugar lo
llamó Sucot."
"Oye estas palabras que te digo: cuando el puerco cambie su piel y sus cerdas, haciéndose suaves como la lana, cuando críe en su cabeza cuernos como los del ciervo y los carneros, entonces practicaré contigo la hermandad, pues desde que nos destetaron de nuestra madre no has sido mi hermano. Cuando los lobos hagan paz con los corderos, no devorándolos ni dañándolos, cuando pongan su corazón en hacerles bien, entonces habrá paz en mi corazón para ti. Cuando el león se haga amigo del buey, sea uncido con él al mismo yugo, are con él y haga con él la paz, entonces la haré yo contigo. Cuando los cuervos se hagan blancos como la cigüeña, sabrás entonces que te amo y haré contigo la paz. Que te erradiquen de la tierra a ti y a tus hijos: no tengas paz." Libro de los Jubileos 37.20-23 Traducción de la Versión Etiópica
Estas palabras se parecen a los siguientes textos bíblicos:
“En ese día el lobo y el cordero vivirán juntos, y el leopardo se echará junto al cabrito. El ternero y el potro estarán seguros junto al león, y un niño pequeño los guiará a todos. La vaca pastará cerca del oso, el cachorro y el ternero se echarán juntos, y el león comerá heno como las vacas. El bebé jugará seguro cerca de la guarida de la cobra; así es, un niño pequeño meterá la mano en un nido de víboras mortales y no le pasará nada. En todo mi monte santo no habrá nada que destruya o haga daño, porque así como las aguas llenan el mar, así también la tierra estará llena de gente que conocerá al Señor. En ese día, el heredero del trono de David será estandarte de salvación para el mundo entero. Las naciones se reunirán junto a él, y la tierra donde vive será un lugar glorioso.” Isaías 11.6-10 Nueva Traducción Viviente
“El lobo y el cordero comerán juntos. El león comerá heno, como el buey; pero las serpientes comerán polvo. En esos días, nadie será herido ni destruido en mi monte santo. ¡Yo, el Señor, he hablado!" Isaías 65.25 Nueva Traducción Viviente
"En ese día haré un pacto con todos los animales salvajes, las aves de los cielos y los animales que corren sobre la tierra, para que no te hagan daño. Quitaré de la tierra todas las armas de guerra, todas las espadas y todos los arcos, para que puedas vivir sin temor, en paz y seguridad."
Y estos pasajes bíblicos concuerdan con lo que leímos en el libro del profeta Zacarías:
"Después de esto, los sobrevivientes de los mismos pueblos que lucharon contra Jerusalén irán año tras año a adorar al Rey, al Señor todopoderoso, y a celebrar la fiesta de las Enramadas. Y si alguna de las naciones de la tierra no va a Jerusalén a adorar al Rey, al Señor todopoderoso, la lluvia no caerá en sus tierras. Y si los egipcios no van, el Señor los castigará, del mismo modo que a cualquier otra nación que no vaya a celebrar la fiesta de las Enramadas. Ése será el castigo de Egipto y de todas las naciones que no vayan a celebrar la fiesta de las Enramadas." Zacarías 14.16-19 Dios Habla Hoy
Al final, la nación de Israel reconciliada con Jesucristo, reconocerá al Hijo de Dios como "EL-ELOHE-ISRAEL", que significa: "DIOS, EL DIOS DE ISRAEL".
"Después de viajar todo el trayecto desde Padán-aram, Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, en la tierra de Canaán. Una vez allí, estableció su campamento fuera de la ciudad. La parcela donde acampó la compró a la familia de Hamor, el padre de Siquem, por cien monedas de plata. Y allí edificó un altar y le puso por nombre El-Elohe-Israel.” Génesis 33.18-20 Nueva Traducción Viviente.
Ahora bien, Jesucristo con su sacrificio nos reconcilió con Dios, tal como leemos:
"Porque si Dios, cuando todavía éramos sus enemigos, nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte de su Hijo, con mayor razón seremos salvados por su vida, ahora que ya estamos reconciliados con él." Romanos 5.10 Dios Habla Hoy
Si todavía no te has reconciliado con Dios Padre, a través de su Hijo Jesucristo, te invito éste día a realizar la siguiente oración de forma audible, y así, de ésta única manera puedas obtener hoy el perdón de tus pecados:
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