¿Cómo liberar a una persona poseída por demonios?
¿Cómo liberar a una persona poseída por demonios?
Dios les
bendiga hermanos y amigos, que el Padre Bendito derrame toda su gracia sobre
sus vidas. Me ha parecido escribir sobre éste tema, y dar un breve testimonio
de un caso de "exorcismo" (como mucha gente le conoce a éste tipo de
sucesos) ocurrido hace ya algunos años, pues he pensado que a más de alguien le
puede ser de utilidad. Ocuparé en las citas bíblicas la versión Dios Habla Hoy.
"Y estas señales acompañarán a los que creen; en mi Nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben algo venenoso, no les hará daño; además pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán." San Marcos 16.17-18.
Tomaremos como base esos textos bíblicos. Si te fijas bien, para echar fuera demonios no necesitas autorización del Vaticano, ni de ninguna organización religiosa,
ni del Papa, ni de ningún pastor u obispo. Solo basta con creer, eso sí, debes estar
preparado espiritualmente, porque la tarea no será nada fácil, pues los demonios lucharán por no
ser expulsados de la persona, utilizando toda "su artillería pesada" y
te darán una lucha que jamás olvidarás en tu vida, pero recuerda: Cristo está contigo.
En un artículo
sobre la "Parálisis del Sueño o Síndrome de la Vieja Bruja", escribí
sobre personas que son especiales en éste mundo y que tienen dones que ellos
desconocen... bueno, pues el echar fuera espíritus malignos de personas
poseídas es uno de ellos, que está relacionado al don de fe, así mismo tiene
gran vinculación con el poder de sanar enfermos.
¿Porqué
es necesario liberar a una persona poseída por espíritus inmundos?. Por la
sencilla razón de que esa persona no ha sido sellada con el Espíritu Santo, y
al morir esa persona poseída, pues tristemente se va a una condenación eterna,
por haberse dejado poseer por sirvientes de Satanás, rechazando el amor de
Cristo, y por consiguiente, rechazando la salvación eterna.
Quiero
contarles un testimonio de un joven liberado, pero por respeto a su memoria y
la familia de él no mencionaré los nombres de esas personas, solo usaré el
nombre real del "demonio" el cual se presentó con su nombre real,
durante esa "guerra espiritual", y que fue vencido en el Nombre de
Cristo Jesús.
"Jesús
le preguntó: — ¿Cómo te llamas? Y él
contestó: Me llamo Legión. Dijo esto porque eran muchos los demonios que habían
entrado en él, los cuales pidieron a Jesús que no los mandara al abismo. San
Lucas 88.30-31.
Ésta experiencia sucedió en el año 2014, en un país de
América Central; fui invitado por una familia cristiana para ir a orar por un
joven de más de 20 años, diagnosticado con cáncer, el cual ya había hecho
destrozos considerables en su cuerpo, pues debido a varias operaciones por esa
enfermedad terminal, le habían quitado parte de su cráneo, y parte de su piel
en uno de sus brazos, él ya había sido desahuciado, quien tarde o temprano iba
a morir, y me habían pedido estar con él unos días y darle ánimo los últimos
días en ésta tierra de mortales. Días anteriores me había sometido a un tiempo
de oración y ayuno. Me había propuesto quedarme con esos hermanos unos tres
días y unas tres noches en oración y ayuno, pensando que solamente era
enfermedad nada más.
Al llegar a esa modesta casa y entrar al dormitorio
del muchacho, siendo aún de mañana, sentí un ambiente hostil, en la habitación
habían varios mosquitos o zancudos, y a pesar de que se mataban con aparatos eléctricos, al rato volvía
aparecer otra exagerada "nube de zancudos", no sé de donde salía
tanto mosquito, bueno... me presenté con el muchacho, y él me dijo su nombre correcto, con una voz "chillona y burlona", pero agregó: "A mí me gusta
que me llamen 'Hello'"; me pareció extraña su aclaración... De entrada
le comenté sobre la situación del libro de Job, y él se puso a llorar, pero
pude notar que su lloro era fingido, como burlándose... Le expliqué que me iba
a quedar unos tres días con él, leyendo la Biblia versión Reina-Valera 1960 y
la versión Dios Habla Hoy; comencé a orar y a los minutos él me interrumpía
diciendo que tenía sueño y que me saliera de la habitación porque quería
descansar.
Ya para en la tarde, seguía con lectura de la Biblia,
y a los pocos minutos volvía a interrumpirme, pidiendo que dejara de leer, y
que como él estaba postrado en cama, pues no tenía fuerzas para ponerse de pie,
necesitaba la ayuda de sus familiares para que lo colocaran en una silla de
ruedas y lo llevaran al baño... Todo eso me pareció raro, que siempre que
intentaba leer la Biblia, me interrumpía, además cuando me ponía de
rodillas para orar cerca de su cama, pidiendo por su sanidad, él se retiraba de
mí, hasta toparse en la pared y darme la espalda, allí comencé a sospechar que
él estaba poseído por demonios.
Durante esa noche tuve varios ataques de parálisis de
sueño, se escuchaban golpes en las paredes de la casa como si golpearan con
puñetazos, en el techo rondaban varios gatos peleando y no dejaban dormir. Mis
sospechas fueron confirmadas, aunado a esto, al siguiente día en la mañana,
notaba que el joven le gustaba que lo complacieran con comida, y así mismo
exigía que le inyectaran el medicamento, lo cual eran drogas medicadas fuertes
que incluía la morfina, debido al dolor intenso que sufría su cuerpo, de hecho
estaba a punto de que le amputaran uno de sus brazos. Pero podía ver que él
disfrutaba que le inyectaran esas drogas medicadas y así mismo se molestaba
cuando la comida no quedaba como él quería, pues esa mañana, le llevaron leche
y bebiéndola por "pajilla", "pitillo" o "popote"
él joven, cambiando a una voz muy ronca, insultó a sus padres, diciéndoles:
Está tibia, no pueden hacer nada bien! y la escupió tres veces violentamente en
la cama... Sentí enojo dentro de mí, al ver como él no respetaba a sus propios
padres... así mismo noté, que el joven disimuladamente le gustaba frotarse su
órgano sexual antes de pedir que lo llevaran al baño, haciendo muecas de placer
en su rostro.
Fue así que le pedí permiso a los padres del muchacho, si me daban por un tiempo otra habitación para orar, y me puse de rodillas, no sé cuanto tiempo estuve orando, dos o tres horas quizá, pero en eso, con los ojos cerrados para poder concentrarme tuve una visión en la tarde de ese segundo día: Observé claramente la palabra "Hello" y de repente la letra "o" se separaba y se desvanecía, quedando solo la palabra "Hell", y por medio del Espíritu Santo, recordé que esa es una palabra en inglés, que traducida al español es "Infierno"; terminé la oración y confirmadas mis sospechas, en privado platiqué con los familiares del muchacho, los padres me dijeron: ¡Ese no es nuestro hijo, nuestro hijo es muy amoroso y cariñoso, ese que está en la cama no es nuestro hijo, ni siquiera habla como nuestro hijo! De manera que les conté la visión que tuve en la otra habitación, y la madre del muchacho me dijo con lágrimas en sus ojos: ¡Desde que mi hijo cayó enfermo, nuestras vidas y ésta casa se han vuelto un "infierno", debido a los gastos médicos hemos entrado en deudas económicas, esos gatos todas las noches vienen a pelear y botan los basureros del patio de la casa, dejando todo sucio el patio, hay cosas de la casa que de repente se han arruinado, como la cocina, el carro...!
Ese segundo día llegaron otros hermanos cristianos a orar por el muchacho, y les dije que cuando comenzara a leer la Biblia, si él volvía a interrumpir, les pedí que me dejaran seguir otro momento más a ver qué sucedía... Recuerdo que leí en San Marcos capítulo 4, escogí ese evangelio porque allí el Hijo de Dios demostró su autoridad en los espíritus impuros. Como supuse, apenas había comenzado a leer la Palabra de Dios, y el demonio me pidió que parara porque iba a descansar... estaban allí sus padres en la habitación, miré a los señores y ellos asentaron con la cabeza de que podía continuar, así que seguí con la lectura, el ambiente en el dormitorio se puso más hostil todavía, sentía que del piso salía como un vapor, como energía, que llegaba hasta mi cuello, lo cual dificultaba un poco mi concentración en la lectura bíblica... el muchacho empezó a retorcerse y a gritar con voz ronca: ¡¡¡Ya no me leas, para, para, ya no me leas, me duele...!!! Entraron los hermanos que habían llegado a orar, y comenzaron una intensa oración... el joven entonces gritaba a sus padres: ¡Ustedes no me quieren!, pude percibir que el demonio se hizo pequeñito y se refugió escondiéndose en la cadera del joven... Se retiraron los hermanos.
"Porque, del mismo modo, el Hijo del del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud." San Mateo 20.28
Mientras los hermanos me relevaron en la oración, aproveché para orar en la otra habitación y pedir autoridad a Jesucristo, terminé esa oración, y fui donde el muchacho y le hablé, no al joven, sino al demonio, le dije: " 'Hello', a ti te gusta que te traten como rey, pero solo hay un Rey de Reyes que vino al mundo, y Él no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en sacrificio por nuestros pecados." El demonio me miraba a través del joven con ojos llenos de furia, y me daba a entender en tono burlesco que era un humano tentado por el pecado. En esos momentos de lucha, surgió la propia voz del muchacho que me dijo: ¡Hermano, tengo miedo, ayúdeme!... el cual se puso de pie en su cama y me abrazó, yo le dije: ¡No tengas miedo!... seguí orando por él, luego se acostó en la cama para dormir. Al joven le costaba pronunciar el Nombre de Jesús. Esa segunda noche, se incrementaron los ataques de parálisis de sueño, con gran intensidad que me apretaban con gran odio mi cuello, sentía que las fuerzas me faltaban, eso no fue nada fácil, veía brevemente una sombra negra que me vigilaba de pie con los brazos cruzados apoyado en la puerta del dormitorio mientras oraba, los gatos haciendo ruido en el techo y los fastidiosos zancudos que no dejaban que me concentrara en la oración ni me dejaban dormir.
Ya el tercer día en la mañana, leyendo el pasaje donde
Jesús calmó la tormenta, en San Marcos
4.35-41, agotado porque ya llevaba tres días sin comer ni beber nada y con
tremenda lucha, me quedé dormido en una hamaca del patio de esa casa, solo para
después ser despertado por la madre del menor diciéndome: ¡Vaya
a orar por mi hijo, no aguanta los dolores y siente mucho miedo!...
Pues me levanté cansado, entré en la habitación y comencé a orar, y de
repente... de arriba, sentí que descendió un poder, como "fuego", que
recorría todo mi cuerpo de arriba para abajo y viceversa, a una velocidad
asombrosa, entonces le dije al muchacho que recibiera a Cristo en su corazón, y
cuando lo recibió, sentí como ese fuego que era el Espíritu Santo entró
con ímpetu en un pequeño orificio del costado derecho del cuerpo del
joven, el cual inmediatamente comenzó a vomitar. De allí me dí cuenta que el
muchacho ya había sido liberado, eso sucedió el tercer día durante la
mañana.
Al salir al patio, cansado, me acosté en la misma hamaca y en el techo apareció un "cuervo" el cual bajó volando a un basurero de la casa, tenía ojos raros, como de "cuervo zombie" con su pico agarró comida y la escupió tres veces, me recordó la misma acción del joven cuando escupió la leche tres veces, luego el pájaro se fue volando de la casa. Me retiré ese día por la tarde, no sin antes platicar con el joven liberado, (ya con su propia voz), quien me comentó que antes que eso le sucediera, él se hizo amigo de un delincuente, y que en su trabajo tenía un jefe que era injusto con él, así mismo consideraba que la vida era injusta con él, a tal punto, que acumuló odio y amargura en su corazón, luego cayó con convulsiones hasta llegar a esa situación, me enseñó su teléfono celular durante esa plática y en la pantalla vi que decía "Hello", le sugerí que ya no usara ese sobrenombre, y que borrara eso de su teléfono de una vez por todas; oramos y me retiré de esa casa, aconsejándole a la familia que buscarán más de Dios. Lamentablemente me dí cuenta por otras personas, que el joven, con daños físicos irreversibles, murió al mes siguiente. ¡Murió con Cristo en su corazón!
¿Qué aprendimos de esto?
-Que los demonios son seres muy inteligentes, pues
tienen una edad superior a la de los humanos, unos son más viejos que la misma
humanidad, por lo tanto, son maestros del engaño, así mismo conocen tus
debilidades humanas: miedo, ansiedad, frustraciones...; deberás confiar en la Sabiduría
de lo alto y deberás ser guiado por el Espíritu Santo.
-No es necesario usar "vestimenta ritual", "agua bendita", "agua con sal", "agua con rosas", crucifijos, o golpear al endemoniado con látigos o gritarles, (de hecho si maltratas a la persona te puedes meter en problemas con la ley terrenal... te pueden meter en la cárcel por lesionar a una persona, es algo bien delicado éste tema, porque hay endemoniados que te quieren lastimar y si no estás preparado espiritualmente las cosas pueden salir mal). Lo que sí es obvio es que ya hayas recibido a Cristo en tu vida, y que hayas tomado la decisión de bautizarte sumergiéndote en agua en El Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; de ahí es suficiente y efectiva la oración acompañada de ayuno, junto con la meditación de la Palabra de Dios; por supuesto, no debes tener miedo y tener la paz que solo Cristo puede dar.
-A los demonios les gusta ver sufrir a los humanos, les da placer verlos aterrados, tristes, enojados y angustiados, y sienten placer en la comida, en los placeres sexuales y por supuesto en el consumo de drogas.
La base de esto lo encontramos en San Marcos 9.22 donde leemos: "Y muchas veces ese espíritu lo ha arrojado al
fuego y al agua, para matarlo..." y en San Lucas
8.27: "Al
bajar Jesús a tierra, salió del pueblo un hombre que estaba
endemoniado, y se le acercó. Hacía mucho tiempo que no se ponía ropa ni vivía
en una casa, sino entre las tumbas."
-No toleran la lectura de Biblia prolongada, y a través de la oración acompañada de ayuno en el Nombre de Jesús, se echan fuera. Tal como leemos en San Marcos 9.28-29: Luego Jesús entró en una casa, y sus discípulos le preguntaron a solas: — ¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese espíritu? Y Jesús les contestó: — A ésta clase de demonios solamente se la puede expulsar por medio de la oración." (Otros manuscritos dicen: oración y ayuno).
-Los demonios son muy violentos, pervertidos, malcriados y tienen nombre, pero le tienen miedo al Nombre que es sobre todo nombre: Jesús, El Hijo de Dios. Estudiamos en Hechos 19.13: "Pero algunos judíos que andaban por las calles expulsando de la gente espíritus malignos, quisieron usar para ello el Nombre del Señor Jesús; así que decían a los espíritus: " ¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo anuncia, les ordeno que salgan!" Esto es lo que hacían los siete hijos de un judío llamado Esceva, que era un jefe de los sacerdotes. Pero en cierta ocasión el espíritu maligno les contestó: "Conozco a Jesús, y sé quien es Pablo; pero ustedes, ¿quiénes son?" Al mismo tiempo, el hombre que tenía el espíritu maligno se lanzó sobre ellos, y con gran fuerza los dominó a todos, maltratándolos con tanta violencia que huyeron de la casa desnudos y heridos."
-Cuando una persona es liberada de
posesión demoníaca, esa persona inmediatamente tiene que recibir a Cristo
en su corazón para que ésta sea sellada con El Espíritu Santo, y así
el demonio no vuelva a entrar. San Mateo
12.43-45: "Cuando
un espíritu impuro sale de un hombre, anda por lugares secos buscando
descanso; y si no lo encuentra, piensa: "Regresaré a mi casa, de donde
salí." Cuando regresa, encuentra a ese hombre como una casa desocupada,
barrida y arreglada. Entonces va y reúne otros siete espíritus peores
que él, y todos juntos se meten a vivir en aquel hombre, que al final queda
peor que al principio. Eso mismo le va a suceder a esta gente malvada."
-Una persona liberada de posesión demoníaca, de
inmediato no es una persona santificada, es decir, que lo correcto es que esa
persona comience un proceso de comunión con Dios para estar bajo la
cobertura del Padre Celestial.
-Los demonios pueden poseer personas, así como
animales. Tal como leemos en San Lucas
8.33: "Los demonios
salieron entonces del hombre y entraron en los cerdos, y estos echaron a correr
pendiente abajo hasta el lago, y allí se ahogaron."
-Los demonios no tienen cuerpo espiritual fijo, pues
un demonio puede "fusionarse" con otros demonios; así mismo hay
"clase", otras traducciones dicen: "género" o "linaje" de demonios. Como vemos en San Marcos 9.29: Y Jesús les contestó: — A ésta clase de
demonios solamente se la puede expulsar por medio de la oración." (Otros manuscritos dicen: oración y
ayuno). En San Marcos 5.13 también
leemos: "Jesús les dio
permiso, y los espíritus impuros salieron del hombre y entraron en los cerdos.
Estos que eran unos dos mil, echaron a correr pendiente abajo hasta el lago, y
allí se ahogaron."
-Una persona endemoniada influye negativamente en la
vida de quienes le rodean, en lo familiar, en la salud, en lo laboral, en lo
económico y sobre todo, en lo espiritual.
-Es muy importante que el Señor Jesús reine en
nuestras vidas, para que seamos sellados con el poder del Espíritu Santo,
porque no sabemos cuándo ni dónde nos encontraremos alguna persona poseída por
demonios. Y si todavía no has recibido a Jesús, el Hijo de Dios en tu corazón,
pues no esperes más, yo te invito a que hagas la siguiente oración:
Padre,
reconozco que he pecado y merezco la condenación, pero yo creo
que Usted envió a su Hijo Jesucristo a morir en la cruz para perdonarme, quien resucitó al
tercer día, para darme la salvación y la vida eterna, así que le
abro la puerta de mi corazón a Jesús, para que Él sea el Señor y Dueño de mi
vida, muchas gracias Padre por escribir mi nombre en el Libro de la Vida y
porque los ángeles celebran un banquete en el Cielo debido a mi arrepentimiento y
conversión, deseo ser sellado con su Espíritu Santo para hacer siempre su
santísima voluntad y estar protegido y bendecido por siempre, en el Nombre de su Hijo Jesucristo. Amén.
Les deseo mis más sinceras y generosas bendiciones hermanos y amigos, que el Padre los colme de perfecta paz, de perfecta felicidad y de perfecto amor. Dios les bendiga ahora y siempre, y en todo lugar.
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