Estudio bíblico: El misterio de cuatro historias de amor que iniciaron en un pozo de agua.

Estudio Bíblico: El misterio de cuatro historias de amor que iniciaron en un pozo de agua.

Que el Señor les bendiga y los llene con la plenitud del Espíritu Santo, en ésta ocasión les escribiré mis estimados lectores, acerca de cuatro historias de amor con similares características, que les ocurrieron a cuatro grandes personajes de la Biblia, incluyendo a nuestro Señor Jesucristo, teniendo como panorama un pozo de agua. Seguiremos utilizando la versión “Dios Habla Hoy”.

Primera historia de amor: Isaac y Rebeca.


Abraham le dijo:
—¡No, no lleves allá a mi hijo! El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes y me prometió dar esta tierra a mis descendientes, también enviará su ángel delante de ti para que traigas de allá una esposa para mi hijo. Si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este compromiso, pero ¡de ninguna manera lleves allá a mi hijo!
Entonces el siervo puso la mano bajo el muslo de su amo Abraham, y le juró que haría lo que le había pedido. Después escogió regalos entre lo mejor que su amo tenía, tomó diez de sus camellos y se fue a la ciudad de Nahor, en Mesopotamia.
Cuando el siervo llegó a las afueras de la ciudad, ya empezaba a oscurecer. A esa hora las mujeres van a sacar agua. El siervo hizo descansar a los camellos junto a un pozo de agua, y comenzó a orar: «Señor y Dios de mi amo Abraham, haz que hoy me vaya bien, y muéstrate bondadoso con mi amo. Voy a quedarme aquí, junto al pozo, mientras las muchachas de este lugar vienen a sacar agua. Permite que la muchacha a la que yo le diga: “Por favor, baje usted su cántaro para que yo beba”, y que me conteste: “Beba usted, y también les daré agua a sus camellos”, que sea ella la que tú has escogido para tu siervo Isaac. Así podré estar seguro de que has sido bondadoso con mi amo.» Todavía no había terminado de orar, cuando vio que una muchacha venía con su cántaro al hombro. Era Rebeca, la hija de Betuel. Betuel era hijo de Milcá y de Nahor, el hermano de Abraham. Rebeca era muy hermosa, y además virgen; ningún hombre la había tocado. Bajó al pozo, llenó su cántaro, y ya regresaba cuando el siervo corrió a alcanzarla y le dijo:
—Por favor, déjeme usted beber un poco de agua de su cántaro.
—Beba usted, señor —contestó ella.
Y en seguida bajó su cántaro, lo sostuvo entre las manos y le dio de beber. Cuando el siervo terminó de beber, Rebeca le dijo:
—También voy a sacar agua para sus camellos, para que beban toda la que quieran. Génesis 24.6-19

Segunda historia de amor: Jacob y Raquel.


Jacob siguió su camino y se fue a la tierra de los del oriente.
En el campo vio un pozo, cerca del cual estaban descansando tres rebaños de ovejas, porque los animales bebían agua de él. Sobre la boca del pozo había una piedra muy grande, y cuando todos los rebaños se juntaban allí, los pastores quitaban la piedra para darles agua a las ovejas, y luego volvían a tapar el pozo. Jacob preguntó a los pastores:
—¿De dónde son ustedes, amigos míos?
—Somos de Harán —contestaron ellos.
—¿Conocen ustedes a Labán, el hijo de Nahor? —volvió a preguntar.
—Sí, lo conocemos —respondieron.
—¿Está bien de salud? —insistió Jacob.
—Sí, Labán está bien —dijeron los pastores—. Mire usted, aquí viene su hija Raquel con sus ovejas.
Entonces Jacob dijo:
—Todavía es de día, y es muy temprano para encerrar las ovejas. ¿Por qué no les dan agua y las llevan a pastar?
Pero ellos le contestaron:
—No podemos hacerlo. Tenemos que esperar a que se junten todos los rebaños y los pastores quiten la piedra de la boca del pozo, para poder darles agua a las ovejas.
Mientras Jacob estaba hablando con ellos, Raquel llegó con las ovejas de su padre, pues ella era quien las cuidaba. Tan pronto como Jacob la vio con las ovejas de su tío Labán, fue y quitó la piedra de la boca del pozo, y les dio agua a las ovejas; luego la saludó con un beso, y comenzó a llorar. Cuando Jacob le contó que él era hijo de Rebeca y sobrino de Labán, Raquel fue corriendo a contárselo a su padre.
Génesis 29.1-12



En efecto, en cuanto el faraón supo que Moisés había dado muerte a un egipcio, lo mandó buscar para matarlo; pero Moisés huyó y se fue a vivir a la región de Madián. Allí se sentó cerca de un pozo.
Reuel, sacerdote de Madián, tenía siete hijas. Aquel día, ellas habían ido al pozo a sacar agua para llenar los bebederos y dar de beber a las ovejas de su padre, pero unos pastores vinieron y las echaron de allí. Entonces Moisés se levantó a defenderlas, y dio de beber a las ovejas. Cuando ellas volvieron a donde estaba su padre, él les preguntó:
—¿Cómo es que hoy regresaron tan pronto?
Y ellas contestaron:
—Un egipcio nos defendió de los pastores, luego sacó el agua por nosotras, y les dio de beber a las ovejas.
Entonces Reuel les dijo:
—¿Y dónde está ese hombre? ¿Por qué lo dejaron solo? ¡Vayan a llamarlo para que venga a comer! Éxodo 2.15-20
Cuarta historia de amor: Jesús “El Salvador del mundo” y la mujer samaritana.


Los fariseos se enteraron de que Jesús hacía más discípulos y bautizaba más que Juan (aunque en realidad no era Jesús el que bautizaba, sino sus discípulos). Cuando Jesús lo supo, salió de Judea para volver a Galilea.
En su viaje, tenía que pasar por la región de Samaria. De modo que llegó a un pueblo de Samaria que se llamaba Sicar, cerca del terreno que Jacob había dado en herencia a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar algo de comer. En eso, una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua, y Jesús le dijo:
—Dame un poco de agua.
Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió:
—¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?
Jesús le contestó:
—Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.
La mujer le dijo:
—Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo: ¿de dónde vas a darme agua viva? Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo, del que él mismo bebía y del que bebían también sus hijos y sus animales. ¿Acaso eres tú más que él?
Jesús le contestó:
—Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna.
La mujer le dijo:
—Señor, dame de esa agua, para que no vuelva yo a tener sed ni tenga que venir aquí a sacar agua. San Juan 4.1-15

Como te habrás dado cuenta existen características muy parecidas entre éstas cuatro historias que registra la Biblia. Mencionaré algunas:

-El siervo de Abraham se quedó junto al pozo.
-Jacob observó un pozo.
-Moisés se sentó cerca de un pozo.
-Jesús se sentó junto al pozo.

Con respecto a las mujeres:
-Rebeca llegó con su cántaro al pozo.
-Raquel llegó con las ovejas de su padre Labán al pozo.
-Séfora llegó con seis hermanas de ella y con las ovejas de su padre Jetro al pozo.
-La mujer samaritana llegó con su cántaro al pozo.

Así mismo con respecto a quien dio de beber a quien:
-El siervo de Abraham le pidió agua a Rebeca, pero antes él había orado a Dios que la muchacha a la que le pidiera agua, le diera también de beber a los diez camellos.
-Jacob quitó la piedra del pozo y le dio de beber a las ovejas de Labán que pastoreaba su hija menor Raquel.
-Moisés defendió a las siete hijas de Jetro de unos pastores que las molestaban no dejando que ellas les dieran de beber a las ovejas de su padre, y así mismo Moisés también les dio de beber a las ovejas.
-En el caso de nuestro Señor Jesús, él dijo a la samaritana: “Dame un poco de agua", pero la mujer al escuchar que Jesús era el Mesías, dejó su cántaro y se fue a contar la noticia a los samaritanos.

La mujer dejó su cántaro y se fue al pueblo, donde dijo a la gente:
—Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Mesías?
Entonces salieron del pueblo y fueron a donde estaba Jesús. San Juan 4.28-30

Jesús antes le había dicho a la mujer, en la conversación:

Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió:
—¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?
Jesús le contestó:
—Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.
La mujer le dijo:
—Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo: ¿de dónde vas a darme agua viva? Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo, del que él mismo bebía y del que bebían también sus hijos y sus animales. ¿Acaso eres tú más que él?
Jesús le contestó:
—Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna.
La mujer le dijo:
—Señor, dame de esa agua. San Juan 4.9-15
  
La mujer le dijo:
Yo sé que va a venir el Mesías (es decir, el Cristo); y cuando él venga, nos lo explicará todo.
Jesús le dijo:
Ese soy yo, el mismo que habla contigo. San Juan 4.25-26

Observemos que el Señor Jesús le pidió agua a la mujer, pero ella no le dio, pues dejó su cántaro allí, y a la vez el Señor Jesús le ofreció a la mujer un agua viva que el que la beba no volverá a tener sed, y es de notar que Jesús le dijo claramente a la mujer que él era "El Mesías".

Aquí hay una diferencia, pues en ésta historia bíblica ninguno de los dos bebió el agua del pozo.

Veamos otra similitud entre las tres primeras historias de amor, y una diferencia de la última historia que no concuerda con las tres anteriores:

-Rebeca era virgen, según la lectura bíblica que al inicio leímos.
-Raquel era virgen.
-Séfora era virgen.
-En el caso de la mujer samaritana, ella mismo aceptó que había tenido cinco maridos y que el que tenía ahora no era su marido, por lo tanto ella no era virgen.

Jesús le dijo:
—Ve a llamar a tu marido y vuelve acá.
La mujer le contestó:
—No tengo marido.
Jesús le dijo:
—Bien dices que no tienes marido; porque has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes no es tu marido. Es cierto lo que has dicho.
Al oír esto, la mujer le dijo:
—Señor, ya veo que eres un profeta. San Juan 4.16-19

Otra diferencia de la cuarta historia con las tres anteriores es la siguiente:

-El nombre de la primera mujer es Rebeca, hija de Betuel.
-El nombre de la segunda mujer es Raquel, hija de Labán.
-El nombre de la tercera mujer es Séfora, hija de Jetro (también llamado Reuel).
-El nombre de la cuarta mujer es: ???????, solo es llamada como la mujer samaritana o la mujer de Samaria. Es decir, el nombre de la cuarta mujer es un misterio.

Así también vemos que en la cuarta historia todavía falta el matrimonio, porque en las tres primeras historias en el pozo hubo un compromiso de matrimonio, veamos:

-En la primera historia Isaac se casa con Rebeca.
El siervo le contó a Isaac todo lo que había hecho. Luego Isaac llevó a Rebeca a la tienda de campaña de su madre Sara, y se casó con ella. Isaac amó mucho a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre. Génesis 24.66-67
-En la segunda historia Jacob se casa con Raquel.
Jacob aceptó, y cuando terminó la semana de bodas de Lía, Labán le dio a Raquel por esposa. Génesis 29.28
-En la tercera historia Moisés se casa con Séfora.
Y así Moisés aceptó quedarse a vivir en la casa de Reuel. Después Reuel le dio a su hija Séfora como esposa. Éxodo 2.21
-En la cuarta historia de amor nuestro Señor Jesús ¿con quién entonces se casará?

¿Qué representa la mujer samaritana?

La respuesta está en el mismo capítulo 4 del evangelio según San Juan:

y muchos más creyeron al oír lo que él mismo decía. Y dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no solamente por lo que tú nos dijiste, sino también porque nosotros mismos le hemos oído y sabemos que de veras es el Salvador del mundo. San Juan 4.41-42

La mujer samaritana, sin nombre, representa a toda la humanidad, a los seres humanos, al mundo, y por lo tanto nos representa a nosotros que somos parte de la humanidad; lo más grandioso de todo, es que con amor sincero el Señor Jesús le ha dicho a la samaritana, es decir, la humanidad que él es "El Mesías". 

¿Cuales son los cinco maridos o "imperios" que ha tenido el mundo, y el que ahora tiene no es su marido, según la Santa Biblia?
1-El imperio Egipcio.
2-El imperio Asirio.
3-El imperio Babilónico
4-El imperio Medo-Persa.
5-El imperio Griego.
6-El imperio Romano.

A lo largo de la historia otros imperios se han levantado, como el imperio Mongol, el imperio Español, el imperio Británico, el imperio Ruso, el imperio Chino, el imperio de los Estados Unidos de Norteamérica, por mencionar algunos, e incluso pueden levantarse nuevos y sorprendentes imperios, todos compitiendo y peleando por el poder mundial, tener el dominio absoluto sobre el mundo, controlar a la humanidad; pero ninguno de esos imperios ha podido satisfacer la sed de la mujer samaritana, es decir, la humanidad, por eso no es su marido, pues la humanidad espera de sus gobernantes:justicia, paz, prosperidad, y todos han fallado en cuanto a estos ideales; pero Jesús que es “El Salvador del mundo”, “El Salvador de la humanidad”, ha venido a rescatar a los seres humanos de éstos “maridos” o “imperios mundanos”.

Hay otra similitud entre las cuatro historias de amor, en referencia a que en la región de donde es originaria la mujer de cada relato se quedan por un lapso de tiempo los que llegaron al pozo:

-El siervo de Abraham, al encontrar a Rebeca en el pozo, se quedó con sus hombres y sus camellos en la casa de Betuel esa noche y al siguiente día se llevó a Rebeca.

y le dijo:
—Dígame por favor de quién es usted hija, y si hay lugar en la casa de su padre donde mis hombres y yo podamos pasar la noche.
Y ella contestó:
—Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Nahor. En nuestra casa hay lugar para que usted pase la noche, y también suficiente paja y comida para los camellos. Génesis 24.23-25

-Jacob se quedó a vivir con Labán y trabajó veinte años para él, quien era su suegro y tío a la vez.

Durante estos veinte años que trabajé contigo, nunca abortaron tus ovejas ni tus cabras; nunca me comí un solo carnero de tus rebaños. Génesis 31.38

-Moisés se quedó cuarenta años viviendo con su suegro Jetro.

Al oír esto, Moisés huyó y se fue a la tierra de Madián. Allí vivió como extranjero, y tuvo dos hijos.
»Cuarenta años después, en el desierto, cerca del monte Sinaí, un ángel se le apareció en el fuego de una zarza que estaba ardiendo. Hechos 7.29-30


-El Salvador del mundo, nuestro Señor Jesús, se quedó dos días en Samaria.

Muchos de los habitantes de aquel pueblo de Samaria creyeron en Jesús por lo que les había asegurado la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho.» Así que, cuando los samaritanos llegaron, rogaron a Jesús que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días. San Juan 4.39-40

Si alguna vez te has puesto a pensar que en tu gobierno se habla de paz, justicia, prosperidad, salud, fuentes de empleo, y tantas cosas más, pero cuando ves a tu alrededor que la realidad es distinta a lo que hablan los líderes del mundo, déjame decirte que solo en Jesús encontrarás lo que buscas y deseas, porque él es el único que tiene el poder para dar lo que la humanidad anhela.

"Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él." San Juan 3.16-17

Ya no pongas toda tu esperanza en un presidente, primer ministro, rey, partido político, te decepcionarán totalmente, porque debes recordar que ellos son mortales y cometen errores, aunque sí debes orar por ellos, así lo ordena la Biblia, el único que nunca falla es Dios, porque él es inmortal y solamente él conoce el camino de la sabiduría, por lo tanto nunca jamás se equivoca.

El nunca te decepcionará:

El Señor dice:
«Voy a dar órdenes a las naciones;
voy a dar una señal a los pueblos
para que traigan en brazos a tus hijos,
y a tus hijas las traigan sobre los hombros.
Los reyes serán tus padres adoptivos,
y las princesas tus niñeras.
Se inclinarán hasta el suelo delante de ti,
y lamerán el polvo de tus pies.
Y reconocerás que yo soy el Señor,
y que los que en mí confían no quedan defraudados.» Isaías 49.22-23

Si estás buscando a alguien en quien poner tu esperanza, acepta en tu corazón al Hijo de Dios como tu Salvador, porque él es la felicidad perfecta que busca la humanidad, acéptalo como el Señor de tu vida, porque él es la fuente de la vida eterna, ponlo como el Verdadero Emperador Bendito en tu vida, y te dará lo que anhela tu corazón, porque Cristo es la respuesta para el mundo hoy.

Ama al Señor con ternura,
y él cumplirá tus deseos más profundos.
Pon tu vida en las manos del Señor;
confía en él, y él vendrá en tu ayuda. Salmo 37.4-5

Si no tienes a Jesús, el Hijo de Dios en tu corazón, debes repetir la siguiente oración que cambiará totalmente tu vida y el destino de tu nación.

Padre, reconozco que soy un/a pecador/a, y creo que me amaste tanto que enviaste a tu Hijo Jesús para morir en mi lugar en la cruz y que resucitó al tercer día, para salvarme de la condenación y darme la vida eterna, yo le abro la puerta de mi corazón a tu Hijo amado Jesús, para que entre como el Salvador y Señor de mi vida, quien me ha perdonado de toda mi maldad, lléname con la plenitud de tu Espíritu Santo para siempre obedecerte y ser bendecido por el poder de tu amor, gracias por escribir mi nombre en el libro de la vida y hacer fiesta en el cielo al recibirme como tu hijo/a. Amén.

Felicidades, ahora estarás en las bodas del Cordero, El Hijo de Dios, que será el final feliz de ésta cuarta historia de amor.

Oí también algo como las voces de mucha gente, como el sonido de una cascada y de fuertes truenos. Decían:
«¡Aleluya!
Porque ha comenzado a gobernar el Señor,
nuestro Dios todopoderoso.
Alegrémonos,
llenémonos de gozo y démosle gloria,
porque ha llegado el momento
de las bodas del Cordero.
Su esposa se ha preparado:
se le ha permitido vestirse
de lino fino, limpio y brillante,
porque ese lino es la recta conducta
del pueblo santo.»
El ángel me dijo: «Escribe: “Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero.”» Y añadió: «Éstas son palabras verdaderas de Dios.» Apocalipsis 19.6-9

Que el Señor Jesús haga realidad sus deseos más profundos.















Comentarios

  1. Gracias por compartir esta enseñanza. Muy interesante. Dios Padre siga bendiciendo tu vida y la de tus generaciones en Yeshúa.

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  2. ¡Son muy bien recibidas sus sinceras bendiciones!... ¡Agradecido de corazón por bendecir mi vida y mis generaciones!, aunque para ser honesto no soy padre aún... pero sus palabras ¡las recibo como profecía!, y esas mismas palabras me inspiran a comprometerme a escribir otras enseñanzas bíblicas. ¡¡¡Le deseo siete bendiciones perfectas a su vida y sus generaciones en el Nombre de Abba Yahweh, Yeshúa HaMashiaj be Ruaj Ha Kodesh!!!... ¡Y que Elohim haga prosperar a CCNations, sus dirigentes y miembros, con todos los proyectos que bajo la voluntad de Yahweh ustedes se propongan!...

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